Las minas de oro romanas de La Leitosa, situadas a los piés de los Ancares, son unas grandes desconocidas. Miles de toneladas de tierras rojas de antíguos depósitos aluviales fueron removidas a base de duro trabajo por el sistema de ruina montium, similar al empleado en las Médulas. Las cárcavas del terreno, cubiertas por castaños, protagonizan el paisaje...
Se puede ver el gigantesco hueco dejado por el vaciado de las tierras aprovechando la fuerza del agua y una tupida red de canales de abastecimiento.
Esta red de canales se compone de varios tipos situados a diferentes niveles . Algunos son espectaculares y parecen estar suspendido en los acantilados... Al fondo el río Burbia en un estrecho desfiladero.
En algunos tramos los canales están extraordinariamente bien conservados. Los romanos excavaron túneles para sortear los crestones cuarcíticos: un trabajo titánico...
Sólo el oro ha sido capaz de lograr mediante un esfuerzo humano desproporcionado la transformación del paisaje que hoy en día todavía nos impresiona y no deja de asombrarnos.