miércoles, 27 de marzo de 2019

TRAS LAS HUELLAS DE LOS MARES ORDOVÍCICOS: Ruta por la Virgen de La Peña y Congosto


Destacado en paisaje berciano y desde las orillas del pantano de Bárcena se contempla la silueta de La Peña, con su santuario y dependencias hosteleras. Desde este balcón las vistas son espectaculares.... El santuario se levanta sobre farallones de edad ordovícica y numerosas lajas de pizarra portan restos de organismos que poblaron estos antiguos mares....
Los restos de fósiles son sin embargo escasos y muy dispersos. Además se encuentran sometidos a un intenso metamorfismo que les deforma.

Este es el caso del trilobites más característico de este periodo en la zona, Neseuretus, que destaca por ser muy alargado por tener numerosos segmentos torácicos.
Por la vertiente noroeste pueden contemplarse excelentes vistas de la cola del pantano y del valle excavado por el Sil

Para completar este itinerario que recorre estas zonas, visita el siguiente enlace:

lunes, 4 de marzo de 2019

TRILOBITES DEL BIERZO: mudas y exuvios.

Como es bien sabido del que es  sin duda  el fósil más popular, un trilobites es un animal dotado de un caparazón externo, es decir, de un exoesqueleto. Como ocurre en los crustáceos actuales, a medida que el animal va creciendo necesita mudar de caparazón. Gracias a esta peculiaridad el número de fósiles de trilobites es tan grande.
Ya en el Cámbrico medio berciano podemos encontrar ejemplares completamente desarticulados de Paradoxydes: se observan pleuras sueltas agrupadas desensambladas y puntas genales.

En otros periodos posteriores como el Ordovícico también se encuentran restos desarticulados: en este caso cefalón y tórax+pigidio quedan separados ya que es por su unión por dónde salía el nuevo trilobites.
En algunos periodos posteriores como el Silúrico, podemos encontrar ejemplares juntos en gran cantidad, probablemente lugares de acúmulo en zonas profundas del lecho marino, como ocurre con los trilobites encrinúridos. Allí se acumulaban arrastrados por las corrientes marinas y se encuentran en completo desorden.
En algunos casos hay esqueletos completos y diferentes etapas larvarias.
Ya en el periodo Devónico Inferior podemos encontrar exuvios de trilobites facópidos, muy representativos de este periodo en la mayoría de los mares de la época y representados en El Bierzo:
Aquí podemos ver un gran cefalón cuyos grandes ojos esquizocroales también mudaban: al ser ojos formados por lentes de aragonito, se iban deteriorando con el paso del tiempo y también  se renovaban.
Para concluir, podemos decir que las mudas o exuvios de los trilobites son mucho más frecuentes que los fósiles completos y nos permiten conocer uno de los principales secretos de los trilobites, que les permitió adaptarse a distintos cambios ambientales y sobrevivir a lo largo de millones de años.