Inauguramos este mes de febrero con un tema aparentemente poco llamativo: se trata de cómo la forma de alimentarse produjo la forma de los cefalones de los trilobites que se alimentaban de la materia orgánica de los limos de los fondos marinos.
Hablamos de los TRILOBITES FILTRADORES, que vivían alimentándose de las partículas orgánicas que se encontraban en los fondos arenosos y limosos de las plataformas continentales de los mares Silúricos y Devónicos entre los 440 y los 360 millones de años, aunque las primeras formas conocidas son más antiguas y datan del Ordovícico (480 millones de años).
Muchos de estos trilobites pertenecen al Orden Ptychopariida (en este caso el género Harpes) y se caracterizan por una amplia glabela en forma de herradura acabada en dos largas puntas genales. Si lo posamos sobre el fondo marino la forma recuerda a una aspiradora de fondos:
La cuestión que se plantea es: ¿cómo filtraban? ¿qué partículas filtraban exactamente? Sabemos que los fondos marinos limosos son ricos en todo tipo de microorganismos: bacterias, hongos, protozoos, algas, etc...Lo cierto es que no se sabe con seguridad cuál es la dieta de este tipo de trilobites, pero vamos a obtener pistas por medio de los fósiles de la interesantísima Familia Harpetidae:
Este trilobites harpétido marroquí Eoharpes presenta una glabela típicamente en herradura pero en él se pueden ver ojos muy pequeños, (y unidos por un surco recto), indicativos de vida en entormos de poca luz y gran profundidad y sobre todo unos surcos en todo el área preglabelar, que podrían explicar los flujos de arena desplazada por las corrientes generadas? ¿Son rojos por los depósitos de hierro quizás generados por bacterias u otros microorganismos que colonizaban el área preglabelar?. La realidad es que no sabemos por qué se han generado estos surcos en la glabela de estos trilobites o cuál era su función.
Lo cierto es que este otro Harpides marroquí del Ordovícico presenta similares características:
Algunas especies silúricas como este ejemplar berciano de Lioharpes, muestran unos extraños punteados en la zona lateral del surco preglabelar: ¿tubérculos? ¿estructuras perforadas?
La glabela hinchada parece indicar que poseía un estómago de ciertas dimensiones en su interior, capaz de digerir las partículas alimenticias. En la parte inferior o ventral poseía una pieza bucal llamada HIPOSTOMA, que en los trilobites Ptychopariida pendía como una tapa de la parte posterior de la boca, ayudando a la recogida del alimento. El hipostoma es además una importante pista sobre la alimentación de los trilobites.
Los tubérculos sobre la zona posterior de las puntas genales también se observan en las formas devónicas, como en este Harpes berciano.
En esta otra se puede ver la localización exacta de los tubérculos, en un lateral de las puntas genales en este otro ejemplar berciano:
Incluso podemos saber cómo es por la otra cara (la ventral) el cefalón de un Harpes del devónico berciano. Aquí podemos ver el interior de la glabela, lo que corresponde al estómago y por delante el aparato bucal del trilobites:
Se puede ver perfectamente la zona anterior del estómago mostrando la región del hipostoma y a los lados las posibles inserciones musculares. Lo cierto es que faltan datos para conocer exactamente cómo actuaban todas estas estructuras para remover los limos y llevar hacia el hipostoma las sustancias alimenticias. Una de las teorías más barajadas es que el cefalón se colocaba en posición horizontal sobre el fondo y el tórax y pigidio se levantaban formando un ángulo. A continuación los apéndices, y la contracción rítmica de los segmentos de tórax y pigidio producirían corrientes de agua y partículas hacia el interior del cefalón. El agua saldría por las perforaciones de la glabela, creando remolinos en la boca, a donde finnalmente se filtrarían las partículas nutritivas. Mostramos este Trinucleus a modo de ilustración, que es el modelo que se ha tomado para elaborar la teoría de cómo funcionaría este mecanismo de filtración, ya que se interpreta el punteado preglabelar como poros filtradores. En el caso de Harpes este mecanismo no parece tan claro.
Lo cierto es que los trilobites filtradores alcanzaron una gran diversidad de formas y adaptaciones condicionados por sus hábitos alimenticios. Queda mucho por esclarecer sobre la forma exacta en que se alimentaban y cómo utilizaban estas sorprendentes estructuras para ello.