Explorando las plataformas marinas del carbonífero leonés.
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jueves, 9 de agosto de 2018

TRILOBITES DEL BIERZO: las diferentes facetas del Silúrico berciano

Los trilobites son unos artrópodos primitivos y sumamente sofisticados. Surgieron en la explosión del Cámbrico hace más de 500 millones de años, en unos mares con enormes plataformas continentales. Al principio no tenían depredadores naturales y alcanzaban considerables tamaños, pero después fueron surgiendo cada vez más depredadores.

En el área que hoy llamamos el Bierzo, hace unos 415 millones de años, en un periodo posterior llamado Silúrico, los mares poco profundos eran el hogar de estos artrópodos y estaban adaptados a todo tipo de formas de vida.
Con el paso del tiempo y de las eras geológicas, los estratos donde se depositaron sus restos sufrieron diversos tipos de compresión y deformación.
Hay zonas de baja compresión donde los restos se conservan sin apenas deformación, con todo lujo de detalles. En estos mares vivían trilobites con pequeños ojos pedunculados, llamados Encrinúridos.
Forman parte del grupo de los Phacópidos, un grupo muy potente, y se caracterizan por los tubérculos del cefalón, colocados en varias hileras.. Este de arriba es un Cromus sp.
Otros de este mismo grupo eran más alargados, igualmente con filas de tubérculos en cuyo extremo parece que había pelos sensores. Es el caso de este Struszia sp:
Este grupo de Encrinúridos compartía el hábitat con otros trilobites llamados harpétidos, como este Lioharpes sp.
Aquí podemos ver un cefalón típicamente en forma de herradura, con borde glabelar amplio y aplanado. Poseían pequeños tubérculos (pueden verse en la imagen) y los ojos eran diminutos, casi imperceptibles.
La asociación se completa con un trilobites muy especial: era muy largo por su gran número de segmentos torácicos, recordando a una serpiente (largo y estrecho) y su cefalón (que se muestra abajo) está formado por una glabela compleja:
En otras zonas del silúrico berciano, las mismas capas han sido sometidas a una intensa compresión y metamorfismo. Aparece la misma asociación, pero el aspecto y el grado de conservación son muy diferentes:
 Cefalón de un Encrinúrido (arriba)
 Trilobites Harpes (Lioharpes venulosssus), arriba.
Cefalón de Crotalocephalus transiens (arriba).
Pero una completa fauna les acompañaba, formando parte de este complejo y rico fondo marino. Es el caso de los Crinoideos, cuyos tallos aparecen bien conservados:

 También aparecen corales en su hábitat:

Y por último, aunque hay varios tipos biológicos más, están los braquiópodos:


Estos son tan sólo un ejemplo de lo que en esta zona hubo hace unos 400 millones de años en estos antiguos mares silúricos. Sus restos han quedado en la comarca del Bierzo y su entorno como testigos de aquéllos remotos tiempos.

lunes, 28 de mayo de 2018

LOS OJOS DE LOS ÚLTIMOS TRILOBITES: un prodigio adaptativo en los mares paleozoicos.

En esta ocasión Félix nos describe cómo los trilobites, estos increíbles artrópodos marinos, desarrollaron un sistema de captación de los rayos luminosos basado en numerosas lentes simples y de composición inorgánica, netamente mineral. cada grupo puede presentar unos diferentes y además mudaban junto al resto del cefalón.


El esqueleto interno de los trilobites estaba formado por calcita, incluidos los ojos, por lo que se han conservado muy bien en estado fósil.
Los trilobites fueron los primeros en desarrollar un sistema visual mediante  ojos compuestos, increíblemente complejo. Son ojos compuestos con múltiples facetas semejantes a los de muchos insectos actuales,  y que en algunos casos pudieron alcanzar hasta las 15.000 lentes en cada ojo. Sin duda un sistema visual de los más avanzados del reino animal. Existen tres tipos de ojos: holocroal, esquizocroal y abatocroal.  Hay una multitud de formas de los mismos en su proceso de adaptación al medio.
Antes de su extinción a finales del Pérmico, los trilobites sufrieron otras muchas. A finales del Cámbrico la primera gran extinción de los trilobites afectó a dos tercios de sus familias. Ya en el Ordovícico y tras una gran expansión de los trilobites se produce otra gran extinción. Tras recuperarse en el silúrico, el Devónico trajo nuevos episodios que fueron provocando el declive de los trilobites. De modo que sólo un grupo, los del orden Proetida,  permanecieron hasta finales del Pérmico al final del cual se consideran extintos. Estos últimos trilobites se caracterizaban por ser en su mayoría ciegos, por lo que  son raros los trilobites de estos periodos que  presentan ojos, y aquí tenemos el fósil de una parte del cefalón de un trilobite Carbonífero (Westfaliense de la Cordillera Cantábrica) en León que ha fósilizado con una excelente preservación de su ojo compuesto .



Waideggula cantábrica. Carbonífero Westfaliense de la Cordillera cantábrica. León España.


Si quieres ver más visita nuestra pestaña lateral: "El Rincón de Félix"


jueves, 5 de abril de 2018

ORTOCERÁTIDOS: los depredadores de los mares silúricos...

En anteriores ocasiones hemos abordado el tema de los ortocerátidos en este blog. En aquella ocasión nos referiamos a la aparición de estos antiguos cefalópodos en el Silúrico de los Ancares. A lo largo de su larga cuenca hidrográfica, el río Sil cruza y corta en varias ocasiones terrenos que se formaron hace nada menos que unos 425 millones de años en el periodo Silúrico. En El Bierzo hay diversas zonas que pertenecen a este periodo, todas ellas de origen marino. Se trata de mares profundos, cálidos en algunas zonas del planeta, pero más fríos en la zona perigondwánica, donde nos situamos.
Estos mares más bien oscuros son el hábitat de estos cefalópodos. He aquí una reconstrucción disponible en la web:

Los ortocerátidos son de los cefalópodos más antiguos y sus ortoconos o fragmoconos se conocen desde el periodo Cámbrico Superior, siendo típicos de los mares tropicales de este periodo. Son típicas las calizas de ortocerátidos que se pulen como elementos decorativos y que se comercializan en Marruecos, como estos de mi colección que muestro.

El fragmocono está dividido en un serie de cámaras, que son las responsables de la flotabilidad y maniobrabilidad de la concha. El animal podía subir y bajar a diferentes profundidades impulsado por el sifón o moverse lateralmente, al parecer con movimientos lentos. 


Indudablemente y como ocurre con las sepias y los calamares actuales, eran carnívoros. Su concha les protegía de los primeros peces, que al desarrollarse como grupo pasaron a ser sus principales depredadores. Estas conchas rectas, con divisiones muy simétricas representando las cámaras, es lo que se ha conservado hasta nuestros días, pudiendo encontrarlos así:

Pero si algo llama la atención es que, cuando el animal muere y se deposita en los fondos marinos, se producen fenómenos tafomómicos especiales que hacen que se altere el entorno del fósil, provocando su aparición en el interior de nódulos, algunos de los cuales pueden contener varios ejemplares en distintos grados de conservación.
Aquí pueden verse los nódulos en cuyo interior pueden encontrarse varios ejemplares:
 Otras veces hay un gran fragmocono bien conservado:
Y otras está peor conservado, quedando un molde del lugar que ocupaba en el nódulo:
Muchas veces hay más de uno en diferentes posiciones y grados de conservación:
Estos animales, como ocurre con las actuales sepias y calamares, eran bastante sofisticados: el sistema sifonal de impulsión, las cámaras reguladoras de flotabilidad y su complejo sistema nervioso, les permitió dominar los mares paleozoicos. Sus fragmoconos son los únicos y raros testimonios de su antiguo esplendor.

domingo, 14 de enero de 2018

ALTO DEL MANZANAL: viaje a los mares ordovícicos....

Para empezar el año vamos a hacer un breve pero intenso viaje por los ambientes marinos de un lejano periodo geológico perteneciente a la Era Primaria o Paleozoica, hace nada menos que unos 470 millones de años. Se trata de un periodo, el Ordovícico Medio, muy prolífico en la península ibérica.
Hay grandes yacimientos en el arco que va desde Valongo (Oporto, Portugal) hasta los Montes de Toledo, donde se encuentran los más famosos yacimientos de este periodo, sin olvidar la sierra de Guadalajara.
Aquí, en El Bierzo, hay varios yacimientos se este periodo, Ordovícico medio. El problema de toda esta zona es que ha estado sometida a un intenso metaformismo, que ha deformado los fósiles contenidos en estas pizarras, por lo que los ejemplares que aquí podemos encontrar están aplastados y con la forma alterada. A ello hay que añadir la fuerte piritización, que hace que cuando los fósiles se exponen a la atmósfera, rápidamente se meteorizan en forma de limonitas y oligistos, que se degradan rápidamente y por ello muchas veces sólo aparecen los moldes externos.

Aquí arriba vemos un trilobites arrollado "en bola", donde puede observarse el cefalón por arriba y el pigidio por abajo, perfectamente ensamblados.
En esta de arriba se muestra un rhabdosoma de un graptolito típico de este periodo: Didymograptus.

En esta otra podemos ver un bivalvo con la oxidación típica , que le da esta pátina rojiza.

Aquí podemos ver otro bivalvo, típicos de este periodo geológico.

martes, 19 de diciembre de 2017

MEDICINA y PALEONTOLOGÍA:¿por qué no?

Cuando un médico o cualquier otro profesional (no geólogo) siente atracción por el apasionante mundo de los fósiles....Cuando esa pasión es muy temprana, entorno a los 14 años de edad...... Después las circunstancias personales le conducen por otros caminos, igualmente fascinates, pero radicalmente diferentes, de la Medicina. Llega un momento en que uno tiene que decidir cual es su profesión y cual su hobbie, pero en este caso no se trata de una afición cualquiera. Una vez que uno se adentra en la Paleontología y descubre este mundo maravilloso, ya nunca más podrá salir de él. Allí, atrapado por la seducción de las piedras, las visitas al campo, la clasificación y conservación, la reconstrucción de los antiguos mundos...¿que otra afición podría competir con ésta?
La sensación de ser raro o especial que acompaña a esta actividad siempre me ha perseguido, hasta que descubrí que en el pasado, otras personas  sucumbieron a los encantos de la "paleo".

Algunas fueron terriblemente importantes en la historia de la Medicina como Lord Parkinson, médico inglés que en siglo XIX describió el síndrome de Parkinson, por el que siempre será recordado. Este inglés, poseído por el espíritu de la Ilustración francesa y cuyas actividades políticas pusieron en peligro su prestigio y posición social, poseía una espléndida colección de fósiles en su casa. Pero este hombre fue más allá escribiendo su volumen "Organic remains of a former world" basado en sus fósiles. Se atrevió a emitir la teoría catastrofista para justificar las grandes extinciones... Como diríamos en España: Ahí queda eso! Y por si fuera poco bautizó el género de ammonoideos Parkinsonia (Parkinsonia parkinsoni), por el que también será siempre recordado.

Otro médico igualmente inglés, pero no tan conocido fue Guideon Mantell, también a finales del XIX, que ejerció de cirujano. Su entretenimiento favorito era recoger fósiles en la región de Sussex (Inglaterra )hasta que se encontró un diente de Igauanodon. Pero en este caso tenía un ilustre amigo, el gran geólogo Lyell, que fue además figura máxima de la geología de su época.
Al igual que James Parkinson ideó grandes teorías , en este caso sobre los dinosaurios y fue condecorado por la Royal Society de Londres. Sin embargo acabó sus días como un vagabundo, abandonado por su mujer (harta de los fósiles que llenaban su casa y su tiempo como una obsesión) y completamente arruinado e inválido tras sufrir un accidente.
No supo elegir entre la medicina, que le daba el dinero para vivir y la paleontología,  que alimentaba su mente!  Tuvo además que sufrir la frase lapidaria de su ilustre amigo Lyell: "hay que elegir entre la medicina o la ciencia". Hoy en día la medicina es tan ciencia o más que la propia geología, pero en aquellos tiempos y a los ojos del ilustre Lyell un  cirujano se parecía más a un barbero que a un científico de pedigrí!.
Menos mal que en el mismo lugar donde Mantell encontró su diente de Iguanodón un monumento le hace justicia.

Estos son sólo un ejemplo de tantos hombres y mujeres de las profesiones más dispares, que a lo largo de la historia han caído en este mundo de los fósiles, que ha llenado su tiempo libre  y disparado su imaginación. Empezaron como simples coleccionistas y se fueron convirtiendo  en dibujantes, escritores y sobre todo, en grandes divulgadores. En su tiempo fueron considerados como gente rara y excéntrica por esta extraña afición, pero lo cierto es que consiguieron ir más allá de sus propios límites y se mantuvieron fieles a ella. Tuvieron que sufrir al ser considerados de segunda categoría por los geólogos profesionales (y no tan profesionales) de su época. La sociedad de su tiempo no entendió sus talentos y muchos de ellos fueron grandes incomprendidos.
Esta misma sociedad, que a veces les aduló, nunca pudo entender como una sóla persona podia reunir esas brillantes facetas y realizar interesantes aportaciones en tan diferentes campos de la ciencia!
Para concluir, y enlazando con el tema de este blog podríamos decir: Medicina y Paleontología: ¿por qué renunciar a una cuando se pueden tener las dos?



viernes, 1 de diciembre de 2017

CARRASCONTE: un cielo abierto que se cierra.

Este fin de semana estuve en una de las minas a cielo abierto más grandes de Laciana. El paisaje que puede contemplarse desde lo alto es espectacular, con el incomparable marco de la Cordillera Cantábrica como telón de fondo. Todo este paisaje es un tratado de geología en sí mismo.
El carbonífero estefaniense que puede verse es muy completo, con gran cantidad de cortezas de diferentes licofitas, aunque la mina ha sido masivamente expoliada por su fácil acceso desde el fin de las actividades mineras.

Lo más llamativo de este carbonífero es la abundancia de un tipo de planta arbórea gimnospermofita poco común por lo general y menos en tal abundancia: se trata de Cordaites. Los restos de sus hojas acintadas están presentes en gran cantidad. Su fosilización resalta por su intenso color negro brillante que destaca sobre el tono rosado de las areniscas y cuarcitas.


Los restos de hojas de cordaitales se acumulan por doquier en grandes canchales, debido al impresionante movimiento de tierras que supuso acceder a las capas de carbón, algunas de las cuales superaban los dos metros de espesor. Para llegar hasta ellas fue necesario un impresionante desmonte que ha dado lugar  aetas enormes escombreras.


El trabajo minero ha dado lugar a la formación de algunas lagunas artificiales, algunas de ellas de gran tamaño.


Algunos troncos de licofitas se han preservado y pueden verse en el Aula Geológica de Robles de Laciana. En este caso se trata de un Syringodendron.


Este Aula Geológica, inaugurada hace poco, contiene un resúmen de la flora Estefaniense de Laciana y muestra algunos de los fósiles de plantas más característicos de Carrasconte.


Las obras de desmonte y restauración de esta mina a cielo abierto ya han comenzado y pronto este fabuloso espectáculo del carbonífero lacianiego desaparecerá de nuestra vista y con él este viaje a un tiempo tan fascinante como infrecuente: el carbonífero. Seguirá el inexorable destino de Fonfría y Feixolín: la restauración.

Y de fondo la incomparable silueta de la Cantábrica.

martes, 31 de octubre de 2017

FÓSILES RODADOS: un ejemplo del trabajo de los agentes geológicos.

Cuando los ríos atraviesan su cauce, van lentamente erosionando el lecho del río a su paso. Poco a poco van erosionando los estratos de los diferentes periodos y extrayendo los fósiles que contienen. Éstos se van desplazando y rodando por el fondo en las crecidas y avalanchas, y poco a poco se van alejando de su lugar de origen. Con el paso de los milenios se van puliendo por rozamiento en el lecho del río y acaban depositados en terrazas fluviales, allí donde la fuerza del agua es menor.
Según la roca que los forma sea caliza o silícea , su resistencia a este "pulido natural" será mayor o menor, pero en cualquier caso es la seña de identidad de todo fósil "rodado".
Estos dos de arriba son moldes internos  de gasterópodos del Cretácico intensamente erosionados , que acabaron en las terrazas fluviales del Ebro.

Estos dos de arriba son dos equinoideos cidáridos intensamente rodados, donde pueden verse aun las áreas ambulacrales y los rodetes de inserción de las púas y radiolas.
 Aquí arriba se muestra el espacio entreabierto entre las valvas de un ostréido, visibles a pesar del rodamiento.
 En éste de arriba podemos ver el molde interno de un gasterópdo planórbido intensamente erosionado por rodamiento.
Este de arriba es el caso de un pigidio de trilobites facópido hallado en el lecho de un río de Ciudad Real y que encontré por la red: su origen es ordovícico pero en la terraza fluvial donde se encontró su edad parecería más reciente. Su intenso rodamiento se aprecia en el alisamiento de las costillas dorsales y pigidiales.
Las Médulas son un conjunto de depósitos de conglomerados y cantos rodados que, además de ser auríferos, pueden contener fósiles rodados: es el caso de la Cardiola gibbosa "el fósil de las Médulas", que muestra las señales de haber sido transportado probablemente por un río, y que dió lugar a una nueva teoría sobre le origen de Las Médulas. Así se ha ganado un lugar relevante en el Museo del Bierzo.