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jueves, 5 de abril de 2018

ORTOCERÁTIDOS: los depredadores de los mares silúricos...

En anteriores ocasiones hemos abordado el tema de los ortocerátidos en este blog. En aquella ocasión nos referiamos a la aparición de estos antiguos cefalópodos en el Silúrico de los Ancares. A lo largo de su larga cuenca hidrográfica, el río Sil cruza y corta en varias ocasiones terrenos que se formaron hace nada menos que unos 425 millones de años en el periodo Silúrico. En El Bierzo hay diversas zonas que pertenecen a este periodo, todas ellas de origen marino. Se trata de mares profundos, cálidos en algunas zonas del planeta, pero más fríos en la zona perigondwánica, donde nos situamos.
Estos mares más bien oscuros son el hábitat de estos cefalópodos. He aquí una reconstrucción disponible en la web:

Los ortocerátidos son de los cefalópodos más antiguos y sus ortoconos o fragmoconos se conocen desde el periodo Cámbrico Superior, siendo típicos de los mares tropicales de este periodo. Son típicas las calizas de ortocerátidos que se pulen como elementos decorativos y que se comercializan en Marruecos, como estos de mi colección que muestro.

El fragmocono está dividido en un serie de cámaras, que son las responsables de la flotabilidad y maniobrabilidad de la concha. El animal podía subir y bajar a diferentes profundidades impulsado por el sifón o moverse lateralmente, al parecer con movimientos lentos. 


Indudablemente y como ocurre con las sepias y los calamares actuales, eran carnívoros. Su concha les protegía de los primeros peces, que al desarrollarse como grupo pasaron a ser sus principales depredadores. Estas conchas rectas, con divisiones muy simétricas representando las cámaras, es lo que se ha conservado hasta nuestros días, pudiendo encontrarlos así:

Pero si algo llama la atención es que, cuando el animal muere y se deposita en los fondos marinos, se producen fenómenos tafomómicos especiales que hacen que se altere el entorno del fósil, provocando su aparición en el interior de nódulos, algunos de los cuales pueden contener varios ejemplares en distintos grados de conservación.
Aquí pueden verse los nódulos en cuyo interior pueden encontrarse varios ejemplares:
 Otras veces hay un gran fragmocono bien conservado:
Y otras está peor conservado, quedando un molde del lugar que ocupaba en el nódulo:
Muchas veces hay más de uno en diferentes posiciones y grados de conservación:
Estos animales, como ocurre con las actuales sepias y calamares, eran bastante sofisticados: el sistema sifonal de impulsión, las cámaras reguladoras de flotabilidad y su complejo sistema nervioso, les permitió dominar los mares paleozoicos. Sus fragmoconos son los únicos y raros testimonios de su antiguo esplendor.