ORO Y GRAPTOLITOS: una combinación posible en El Bierzo

EL ALTAR SAGRADO DE LAS CUARCITAS

Pocos lugares hay en el Bierzo que despierten a la vez curiosidad y fascinación por los prodigios de la naturaleza. La cuarcita es una durísima roca formada por unos finísimos granos de cuarzo que se sedimentaron y compactaron hace millones de años. Sus colores, sus fracturas en planos rectos, que parecen obra humana, las convierten en una de las rocas estéticamente más elegantes, a la vez rústica y señorial. Pero hay que venir a las proximidades de Vega de Espinareda y gritar: !Sésamo, ábrete!. Allí en las proximidades del pueblo llamado Sésamo y muy bien señalizado,  parte un camino que nos lleva a uno de los más espectaculares acantilados del Bierzo donde la cuarcita se transforma en una sinfonía de formas y colores. La roca que aquí vemos se llama "Cuarcita de Vega" y se formó en el fondo de los mares ordovícicos hace nada menos que unos 430 millones de años: no contiene fósiles pero alberga una colección de pinturas rupestres esquemáticas única en la provincia de León. La Peña Piñera forma parte de un complejo rocoso llamado peñas del Diablo, que se extiende hacia el puerto de Lumeras formando un farallón rocoso de gran singularidad.  Aunque las pinturas rupestres no existieran la visita merecería la pena sólo por ver los impresionantes acantilados, las hornacinas, los falsos techos, la paleta de colores de los óxidos de hierro y los líquenes amarillo-verdosos. No es extraño que nuestros antepasados sintieran una extraña fascinación al contemplar esta maravilla y la convirtieran en un altar sagrado donde depositar sus más íntimos anhelos de inmortalidad. Ah!, y al darse la vuelta nuestros ojos podrán contemplar desde un alto balcón todos los grandes pueblos del valle, desde Vega de Espinareda pasando por Fabero  hasta Lillo y los profundos valles de Fornela y Ancares......una pasada!







Una silueta observa el horizonte: ¿será el mismísimo diablo?