ORO Y GRAPTOLITOS: una combinación posible en El Bierzo

GABINETES DE HISTORIA NATURAL

En la España de finales del siglo XIX la ciencia no conseguía despegar.  Entonces no existían apenas museos ni exposiciones donde enseñar nuestro rico patrimonio natural . En muchos pueblos y pequeñas ciudades, allí donde la linterna de la Ilustración todavía no había llegado, diversas órdenes religiosas habían instalado sus conventos y sus escuelas. Durante mucho tiempo cientos de misioneros recorrieron el mundo, desde las lejanas Filipinas hasta los más recónditos lugares de América trayendo en sus viajes plantas, animales, minerales y fósiles exóticos, desconocidos para la mayoría.
A finales del siglo XIX proliferaron por toda España los Gabinetes de Historia Natural, que, nacidos en Francia , Inglaterra y Alemania, fueron la vanguardia del conocimiento. Eran el centro de la enseñanza en las escuelas, donde se clasificaban los especimenes y se colocaban en grandes vitrinas de nogal, acompañados de su descripcion escrita a plumilla. 
Aquí en El Bierzo tenemos un Gabinete de Historia Natural muy especial, que se encuentra en el convento de los Padres Paúles de Villafranca. Es un caso raro dentro de este tipo de gabinetes, ya que forma parte de una donación del Instituto Geominero de Madrid, que a finales del siglo XIX lo dona para promocionar el conocimiento de las Ciencias Naturales. Como muchos de estos gabinetes, ha sufrido distintos avatares y ahora se encuentra en restauración por medio de la asociación BurVal y el propio ayuntamiento de Villafranca del Bierzo.



Estos gabinetes se encuentran diseminados por toda España allí donde hubiera un convento donde se impartieran enseñanzas a los estudiantes. Así en la otra punta de Castilla y León se encuentra el Gabinete de Historia Natural de los Sagrados Corazones de Miranda de Ebro. Allí a finales del siglo XIX vino directamente de París  el núcleo de frailes que restauraron el desamortizado convento de San Francisco y crearon un colegio que sigue funcionando en la actualidad. Trajeron el espíritu de los grandes naturalistas franceses como Cuvier. Allí pude tocar mis primeros fósiles y minerales, ver los primeros animales exóticos disecados y muchas cosas más.
En las clases de Ciencias Naturales el  Padre Leonardo nos explicaba en unas espléndidas láminas decimonónicas  el Paramecio, la Vorticela y otros microorganismos...Estos maravillosos grabados permanecen en mi mente como el primer día, cumpliendo fielmente el cometido para el que fueron creados: la ilustración.

Sagrados Corazones de Miranda de Ebro